La
Corrupción
Lo que conocemos
de la corrupción suele provenir de los escándalos más o menos publicitados por
los medios de comunicación, de la experiencia personal y de inferencias más o menos
sustentadas en los dos primeros aspectos mencionados. Como sostiene Steven
Reed, un escándalo nos permite lanzar una breve mirada bajo la superficie de la
política a través de un incidente determinado
que se convierte en público por su tinte "corrupto", pero no existe
motivo para pensar que los datos proporcionados por los escándalos sean
imparciales o estadísticamente representativos. Por ello, debe ser tratada a
partir de sus implicaciones fenomenológicas.
El fenómeno de la
corrupción (ya sea en forma de tráfico de influencias, o en forma de obtención
de favores ilícitos a cambio de dinero u otros favores) constituye una
vulneración de los derechos humanos por cuanto que generalmente entraña una
violación del derecho a la igualdad ante la ley, y en ocasiones, llega a
suponer una vulneración de los principios democráticos, conduciendo a la
sustitución del interés público por el interés privado de quienes
se corrompen.
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